Como Directora de Casa Hogar Kamami, A.C., quiero agradecer a todas las personas que hicieron posible que el 2009 fuera para todas las niñas y para mí un año lleno de grandes aprendizajes y crecimiento en diferentes aspectos.
No puedo dejar de mencionar al Consejo Directivo, ya que el grado de entrega a la causa, es un gran ejemplo para todo el personal operativo, pues viendo como se esfuerzan para que en Kamami no falte lo necesario y para que estas niñas sean cada día mejores; estoy segura que no podríamos hacerlo de otra manera.
Gracias (por órden alfabético) Alma, Ana, Angela, Efraín, Faby, Lucy, Rocío y Rosario, por hacer este albergue un verdadero hogar y por ser unos excelentes compañeros de trabajo, pues somos un gran equipo, todos y cada uno de ustedes, son pieza clave.
Pero nada de esto sería posible, sin los donativos económicos y en especie que recibimos de personas con un corazón enorme que se preocupan y hacen una labor importante por apoyarnos; a todos ellos, mi más profundo agradecimiento por hacer Kamami una realidad y dar a estas niñas la esperanza de un futuro mejor, estoy segura que el Consejo Directivo se encarga de darles las gracias.
Muchachos del Servicio Social, gracias por elegir a Kamami para entergar su tiempo y su talento, pues no habrá dinero suficiente para pagar por maestros particulares para cada una de las niñas, ya que como se habrán dado cuenta, necesitan el apoyo en tareas y en lo académico y en esto ustedes son quienes hacen la diferencia.
Mi más grande admiración a la Dra. Maricela Ávila Flores, por todo lo que nos regala, consultas a domicilio sin costo, su cariño, alimento, ropa, aparatos ortopédicos en conjunto con otros Médicos, así como medicamentos, golosinas y muchas cosas más y siempre, con una cálida y maternal sonrisa.
Dr. Varela, gracias por su apoyo y por presentarnos a la Dr. Maricela.
De manera especial quiero reconocer que algo que nos hace diferentes al resto de los albergues son todos los voluntarios que nos apoyan con su tiempo, ya que es invaluable el cariño, dedicación, entrega, esfuerzo, respeto, desinterés, responsabilidad, compromiso, etc., con el que vienen a compartir con las niñas sus conocimientos.
Maestra Yolanda Elizalde, Lorenza Collignon, Mary Carmen Jauregui, Paulina del Real, Gabriela de la Mora, Alejandra Gutiérrez, Elena, Alma, Elia y Cristina, Aurora Ojeda, Enna Bravo, Perla y Laura Villegas, Mayta Inzunza, Antonieta Calderón, Empresarios Católicos, Yuri y compañeros de HP, Marcela Cedeño, Pili Ruiz.
Tambien mi agradecimiento a Jaime González ya que con su importante trabajo ayuda a que la Casa Hogar tenga una contabilidad Saludable.
Una disculpa si omito a alguien, es de manera involuntaria, pero no por eso dejo de agradecer y reconocer su importante labor en beneficio de las niñas Kamami.
Gracias a mi familia por su apoyo y por recibir a las niñas como un miembro más cuando tienen oportunidad de convivir con ellas, eso las hace sentir felices y a mi más.
Lo mejor lo dejé al final, gracias a mis hijos Julio E. y Marcela I., por su comprensión, su cariño y su apoyo para esta obra que me hace sentir feliz y realizada.
Galván mi amor, no tengo palabras para agradecer tu apoyo, eres lo mejor que me ha pasado.
Para despedirme, Feliz 2010 espero seguir contando con todos para que este año que comienza sea todavía mejor para Kamami.
Dios quiera que tengamos salud, alegría y ganas de seguir ayudando a esta niñas a superarse y a ser mejores cada día.
Un beso y un abrazo.
Marcela.
No puedo dejar de mencionar al Consejo Directivo, ya que el grado de entrega a la causa, es un gran ejemplo para todo el personal operativo, pues viendo como se esfuerzan para que en Kamami no falte lo necesario y para que estas niñas sean cada día mejores; estoy segura que no podríamos hacerlo de otra manera.
Gracias (por órden alfabético) Alma, Ana, Angela, Efraín, Faby, Lucy, Rocío y Rosario, por hacer este albergue un verdadero hogar y por ser unos excelentes compañeros de trabajo, pues somos un gran equipo, todos y cada uno de ustedes, son pieza clave.
Pero nada de esto sería posible, sin los donativos económicos y en especie que recibimos de personas con un corazón enorme que se preocupan y hacen una labor importante por apoyarnos; a todos ellos, mi más profundo agradecimiento por hacer Kamami una realidad y dar a estas niñas la esperanza de un futuro mejor, estoy segura que el Consejo Directivo se encarga de darles las gracias.
Muchachos del Servicio Social, gracias por elegir a Kamami para entergar su tiempo y su talento, pues no habrá dinero suficiente para pagar por maestros particulares para cada una de las niñas, ya que como se habrán dado cuenta, necesitan el apoyo en tareas y en lo académico y en esto ustedes son quienes hacen la diferencia.
Mi más grande admiración a la Dra. Maricela Ávila Flores, por todo lo que nos regala, consultas a domicilio sin costo, su cariño, alimento, ropa, aparatos ortopédicos en conjunto con otros Médicos, así como medicamentos, golosinas y muchas cosas más y siempre, con una cálida y maternal sonrisa.
Dr. Varela, gracias por su apoyo y por presentarnos a la Dr. Maricela.
De manera especial quiero reconocer que algo que nos hace diferentes al resto de los albergues son todos los voluntarios que nos apoyan con su tiempo, ya que es invaluable el cariño, dedicación, entrega, esfuerzo, respeto, desinterés, responsabilidad, compromiso, etc., con el que vienen a compartir con las niñas sus conocimientos.
Maestra Yolanda Elizalde, Lorenza Collignon, Mary Carmen Jauregui, Paulina del Real, Gabriela de la Mora, Alejandra Gutiérrez, Elena, Alma, Elia y Cristina, Aurora Ojeda, Enna Bravo, Perla y Laura Villegas, Mayta Inzunza, Antonieta Calderón, Empresarios Católicos, Yuri y compañeros de HP, Marcela Cedeño, Pili Ruiz.
Tambien mi agradecimiento a Jaime González ya que con su importante trabajo ayuda a que la Casa Hogar tenga una contabilidad Saludable.
Una disculpa si omito a alguien, es de manera involuntaria, pero no por eso dejo de agradecer y reconocer su importante labor en beneficio de las niñas Kamami.
Gracias a mi familia por su apoyo y por recibir a las niñas como un miembro más cuando tienen oportunidad de convivir con ellas, eso las hace sentir felices y a mi más.
Lo mejor lo dejé al final, gracias a mis hijos Julio E. y Marcela I., por su comprensión, su cariño y su apoyo para esta obra que me hace sentir feliz y realizada.
Galván mi amor, no tengo palabras para agradecer tu apoyo, eres lo mejor que me ha pasado.
Para despedirme, Feliz 2010 espero seguir contando con todos para que este año que comienza sea todavía mejor para Kamami.
Dios quiera que tengamos salud, alegría y ganas de seguir ayudando a esta niñas a superarse y a ser mejores cada día.
Un beso y un abrazo.
Marcela.
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